lunes, 25 de noviembre de 2019

Diario de emociones y búsquedas suicidas


Hola, soy yo de nuevo, después de desesperadamente escribir "Cómo suicidarme" en la barra de google decidí escribir por acá. ¿Suena estúpido? puede ser, pero prefiero esa impulsiva y tonta manera de liberar el estrés. Después de evitar los resultados de ayuda, encuentro manuales, opiniones y artículos al respecto encuentro bastante información que resulta tan interesante, que de una manera extraña, pienso que estoy haciendo las cosas mal. 

Hace unas semanas, cuando escuchaba música, lloré tanto en silencio pero con tanta ira, que tomé impulsivamente algo para colgarme, la até a un tubo alto de mi habitación e hice el nudo del ahorcado para colocarlo en mi cuello y  me subí a unos bancos. De no ser porque lo que se enlazaba a mi cuello se desató cuando me movía, no se si estaría escribiendo esto. Fue curioso, me amordacé porque sabía que haría ruido, pero no grité, de hecho, nadie me escuchó, pero instintivamente empecé a patalear como si alguien me hubiese obligado a tirarme. Las maravillas de la mente. En fin, otro punto curioso fue que no estaba pensando en mi dolor, sino en lo egoísta que soy por no haberme colgado en un lugar menos familiar. Siempre pienso en el dolor que le ocasionaría a mis seres queridos, el dinero que gastarían en mi cuerpo y en lo agobiante que será vivir en el lugar donde alguien que quieres estaba muerto por voluntad y es lo que me hace retroceder, pero no puedo explicar que estaba pasando por mi mente en ese momento. Sentía que mi mente estaba en el vacío, por un momento dejé de ser yo, de repente hubo mucha luz en mi habitación y me di cuenta que estaba llorando cuando mis lagrimas se estancaron con el pañuelo, pero yo no me sentía mal. No pensaba en nada en particular, no pensaba en "ya no quiero sufrir", "no sé que hacer" o "No puedo con esto", nada de nada. Solo una de mis canciones favorita estaba en mi mente y se estaba reproduciendo en mi alcoba, pero sentía culpa por lo que le afectaría a los demás. Es como si me hubiese dividido, mi pecho me punzaba, pero a mi cabeza no le importó, como si le hubiese dicho "tu sigue, no le hagas caso. Mira ya casi lo tienes". Me tomé de las sienes, porque me estaba produciendo dolor de cabeza, pero respiré hondo y con mis propios pies alejé los bancos. Mis párpados se contrajeron rápido y miré directamente al nudo. no escuchaba nada y sentía presión en mis oídos, lógicamente no podía respirar bien y se sentía un dolor parcial que iba recorriendo. Después de leer en google, ahora sé que soga debería ser mejor y que la altura que tenía, tampoco era apropiada. 

Después de eso, dejé de llorar. No sé por qué, pero dejé de llorar al rato y me puse a buscar un libro mientras sobaba mi cuello. No fue hasta la noche que fui consciente de lo que hice y no pude dormir bien. Fue tan rápido, que ni siquiera lo procesé al momento. Más que sentirme culpable, no pude entender que me pasó, si realmente, ya que no había pasado nada relevante para actuar así. Pero lo había intentado.

... 

Desde ese día noté la impulsividad y fuerza de mis emociones, por lo que he estado buscando distintos métodos para poder llevar un mejor control:

Llevo un diario de emociones digital, porque a veces mis emociones son demasiado fuertes y me ha funcionado bastante bien, es como un resumen claro de lo que estoy sintiendo, le colocas un emoticón, seleccionas lo que has estado haciendo, escribes notas y se guarda con fecha y hora. Cuando tengo ansiedad, quiero llorar o me enojo demasiado, escribo en ese diario y se hacen estadísticas de mi estado de animo a la semana. El que esté tan organizado, me hace ver mis emociones desde una perspectiva más objetiva.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario