jueves, 24 de octubre de 2019
La naturaleza es mi Dios
Se dice que la creación fue reproducida a la imagen y semejanza del Señor. No nací creyendo en un Dios humano, pues la humanidad que veo, ha sido consumida por una oleada de confusión, en la que la justicia no reina y los valores elementales de la vida como el propio "existir", han sido revocados por hordas llenas de miedo, avaricia y dolor. No me cierro ante las pruebas de humanidad restantes, pero tampoco dejo mi esperanza a un ser divino que llama a las hechos realizados por su creación, como "libre albedrío", lo que en mi opinión es solo un reflejo más de su irresponsabilidad. La iglesia ha crecido a un punto exponencial y al día de hoy la diferencia y la similitud entre cada religión, se ha convertido más grande.
Hay quienes veneran a la muerte llamándole Santa, pues es considerada la más justa, y en eso coincido, pues no importa el contexto que vivas, la edad que tengas o las acciones que tuviste en tu vida terrenal, esta te llevara consigo a un nuevo mundo desconocido o a un abismo llamado "inexistencia" del cual no tendrás ningún tipo de recuerdo o consciencia, pero... ¿Qué sentido tiene venerar al futuro? ¿Por qué pedir favores presentes a la matrona de nuestro fin? Si existe una Santa para la muerte... ¿Quien es la Santa de la vida? No tengo nada en contra de la muerte, es natural, justa y atemporal, pero no la veo como mi medio espiritual en vida, mucho menos algo que se base en la santidad.
Entonces... ¿Qué sería inhumano y vivo? ¿Qué sería comprensible pero a la vez misterioso y magnífico? ¿Qué puede ser dominado pero someterte cuando mejor le parezca? ¿Qué puede ser capaz de crear vida y destruirla a la vez? Lo único que se me viene a la mente es la naturaleza. Tan autoritaria es, que los seres vivos debemos adaptarnos a sus condiciones para sobrevivir, pero al mismo tiempo, los seres humanos hemos sido capaces de destruir estas mismas condiciones.
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