He llamado tanto a ese Dios tan querido. Lo he buscado, lo he añorado, lo he soñado pero no me responde. A veces mi vacío existencial me ahoga y mis deseos por encontrarle son secundados por impulsivas acciones que sueñan con dejar este mundo terrenal. Sin embargo, mi agnosticismo dirige la rueda de mis pensamientos y la creencia de que existe un dios, se vuelve más paranoica. Entonces pienso... ¿Y si realmente existe, que hará conmigo? ¿Lo verá como un error o como un halago? Eso nunca lo sabré hasta que lo intente, desgraciada o afortunadamente, solo tengo una única moneda para comprobarlo. Es curioso, puede que unos tengamos una moneda más bonita que otros o más nueva, pero no importa cual tengas, todos solo tienen una.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario